ES/SB 7.15: Instrucciones para los seres humanos civilizados

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El Śrīmad-Bhāgavatam - Canto Séptimo - Capítulo 15: Instrucciones para los seres humanos civilizados


Texto 7.15.1: Nārada Muni continuó: Mi querido rey, algunos brāhmaṇas están muy apegados a las actividades fruitivas, otros están apegados a las austeridades y penitencias, y los hay también que estudian las Escrituras védicas; otros, aunque son muy pocos, cultivan conocimiento y practican distintos yogas, en especial, el bhakti-yoga.

Texto 7.15.2: La persona que desee la liberación para sus antepasados o para sí misma, debe dar caridad a un brāhmaṇa seguidor del monismo impersonal [jñāna-niṣṭhā]. En ausencia de esos brāhmaṇas avanzados, debe dar caridad a brāhmaṇas dedicados a las actividades fruitivas [karma-kāṇḍa].

Texto 7.15.3: En el período indicado para la ofrenda de oblaciones a los semidioses, solo hay que invitar a dos brāhmaṇas; cuando se ofrecen oblaciones a los antepasados, los brāhmaṇas pueden ser tres. O, en cualquiera de los dos casos, un solo brāhmaṇa sería suficiente. Ni siquiera los más ricos deben tratar de invitar a más brāhmaṇas, ni de disponer preparativos costosos para esas ocasiones.

Texto 7.15.4: Si se hacen preparativos para alimentar a muchos brāhmaṇas y familiares con ocasión de la ceremonia śrāddha, surgirán diferencias de opinión en relación con el momento, el lugar, la respetabilidad, los elementos a ofrecer, la persona a adorar y el método para ofrecer adoración.

Texto 7.15.5: Cuando se presenta la oportunidad, y el momento y el lugar son favorables, se deben ofrecer a la Deidad de la Suprema Personalidad de Dios alimentos preparados con ghī; esa ofrenda debe hacerse con amor, y el prasāda debe ofrecerse a la persona adecuada, un vaiṣṇava o un brāhmaṇa. Esto será causa de prosperidad eterna.

Texto 7.15.6: El prasāda debe ofrecerse a los semidioses, a las personas santas, a los antepasados, a la gente en general, a los miembros de la familia, a los parientes y a los amigos, considerándoles a todos ellos devotos de la Suprema Personalidad de Dios.

Texto 7.15.7: La persona plenamente consciente de los principios religiosos nunca debe ofrecer carne, huevos o pescado en la ceremonia śrāddha, y ni siquiera el que es kṣatriya debe probar ese tipo de comida. Cuando se preparan con ghī los alimentos adecuados, y se ofrecen a las personas santas, la celebración complace a los antepasados y al Señor Supremo, quienes nunca se complacen cuando se matan animales con la excusa de realizar un sacrificio.

Texto 7.15.8: Las personas que deseen avanzar hasta un nivel superior de religión, deben abandonar por completo la envidia hacia las demás entidades vivientes, ya sea en relación con el cuerpo, con las palabras o con la mente. No hay religión superior a esta.

Texto 7.15.9: Debido al despertar del conocimiento espiritual, las personas inteligentes a la hora de celebrar sacrificios, que son verdaderamente conscientes de los principios religiosos y están libres de deseos materiales, controlan el ser en el fuego del conocimiento espiritual, el conocimiento de la Verdad Absoluta. Esas personas pueden abandonar el proceso de las ceremonias rituales.

Texto 7.15.10: Al ver a la persona que realiza el sacrificio, los animales que van a ser sacrificados, llenos de terror, piensan: «Este despiadado ejecutor de sacrificios, que ignora la finalidad del sacrificio, está decidido a matarnos, pues eso le causa gran satisfacción».

Texto 7.15.11: Por lo tanto, día tras día, la persona que es consciente de los verdaderos principios de la religión y está libre de la crueldad y la envidia hacia los indefensos animales, debe sentirse feliz de realizar sacrificios, tanto diariamente como en fechas señaladas, con los alimentos que, por la gracia del Señor, pueda adquirir sin dificultad.

Texto 7.15.12: Cinco son las ramas de la irreligión, bien definidas con los nombres de irreligión [vidharma], principios religiosos para los que no se es apto [para-dharma], farsa de religión [ābhāsa], religión de imitación [upadharma], y religión engañosa [chaladharma]. La persona consciente de la verdadera vida religiosa debe abandonar esas cinco formas de irreligión.

Texto 7.15.13: Los principios religiosos que impiden a la persona seguir su propia religión se denominan vidharma. Los principios religiosos introducidos por otros se llaman para-dharma. Un nuevo tipo de religión creado por una persona llena de orgullo falso, y que va en contra de los principios de los Vedas, se llama upadharma, y dar interpretaciones basadas en juegos de palabras es chala-dharma.

Texto 7.15.14: El supuesto sistema religioso ideado por alguien que, conscientemente, deja de lado los deberes prescritos de la orden de vida a que pertenece, se denomina ābhāsa [un tenue reflejo o falso parecido]. Pero si una persona lleva a cabo los deberes prescritos para su āśrama o varṇa en particular, ¿por qué no van a ser suficientes esos deberes para aliviarle de todos los sufrimientos materiales?

Texto 7.15.15: El hombre, aunque sea pobre, no debe esforzarse por mejorar su condición económica sin otro objetivo que mantener juntos el cuerpo y el alma o adquirir renombre por su religiosidad. Del mismo modo que la gran serpiente pitón permanece tendida en un lugar y no hace nada por ganarse el sustento, y aun así recibe el alimento que necesita para mantener cuerpo y alma, la persona que está libre de deseos también se gana la vida sin realizar esfuerzos.

Texto 7.15.16: Aquel que permanece contento y satisfecho y vincula sus actividades con la Suprema Personalidad de Dios, que vive en el corazón de todos, disfruta de felicidad trascendental sin esforzarse por su manutención. ¿Puede acaso gozar de esa felicidad el hombre materialista que, impulsado por la lujuria y la codicia, vaga en todas direcciones con el deseo de hacerse rico?

Texto 7.15.17: La persona que tiene los pies debidamente calzados no corre peligro ni siquiera cuando camina sobre guijarros y espinas. Para ella, todo es auspicioso. Del mismo modo, para el que permanece satisfecho en el ser, no hay sufrimiento; en verdad, se siente feliz en todas partes.

Texto 7.15.18: Mi querido rey, la persona que halla satisfacción en sí misma puede ser feliz aunque no tenga más que agua para beber. Sin embargo, el que es arrastrado por los sentidos, y en especial por la lengua y los genitales, para satisfacer sus sentidos debe aceptar la posición de un perro faldero.

Texto 7.15.19: Debido a la codicia de los sentidos, el devoto o brāhmaṇa que no ha alcanzado la satisfacción en su propio ser ve disminuidas su fuerza espiritual, su educación, su austeridad y su buena reputación; poco a poco, su conocimiento desaparece.

Texto 7.15.20: Los intensos deseos y necesidades corporales de una persona afligida por el hambre y la sed quedan ciertamente satisfechos cuando come. Del mismo modo, una persona muy iracunda verá satisfecha su ira con el castigo y su correspondiente reacción. Sin embargo, la persona codiciosa no se sentirá satisfecha ni después de conquistar el mundo en todas direcciones, ni tras disfrutar de todo lo que el mundo puede ofrecer.

Texto 7.15.21: ¡Oh, rey Yudhiṣṭhira!, muchas y de muy variada experiencia han sido las personas que han caído en la vida infernal por no estar satisfechas con sus respectivas posiciones, desde asesores legales a sabios eruditos y personas dignas de presidir asambleas de intelectuales.

Texto 7.15.22: Para abandonar los deseos de disfrutar de la complacencia material de los sentidos, hay que elaborar planes con determinación. Del mismo modo, para vencer la ira es necesario abandonar la envidia; la codicia se debe abandonar conversando sobre las desventajas de atesorar riquezas, y, para abandonar el miedo, se debe hablar de la verdad.

Texto 7.15.23: Hablando acerca del conocimiento espiritual, se pueden superar la lamentación y la ilusión; si servimos a un gran devoto, podemos liberarnos del orgullo; guardando silencio, se evitan los obstáculos en la senda del yoga místico; y, por el simple hecho de abandonar la complacencia de los sentidos, se puede superar la envidia.

Texto 7.15.24: Mediante la buena conducta y la ausencia de envidia, debemos contrarrestar los sufrimientos debidos a otras entidades vivientes; la meditación en estado de trance debe permitirnos anular los sufrimientos debidos a la providencia; y, con las prácticas de haṭha-yoga, prāṇāyāma, etc., debemos contrarrestar los sufrimientos debidos al cuerpo y la mente. Del mismo modo, con el cultivo de la modalidad de la bondad, especialmente en lo que se refiere a la comida, debemos dominar el sueño.

Texto 7.15.25: Mediante el cultivo de la modalidad de la bondad, se deben vencer las modalidades de la pasión y la ignorancia; a continuación, es necesario desapegarse de la modalidad de la bondad mediante la elevación al plano de śuddha-sattva. Todo ello podrá lograrlo de modo natural quien se ocupe con fe y devoción en el servicio del maestro espiritual. De ese modo se puede superar la influencia de las modalidades de la naturaleza.

Texto 7.15.26: El maestro espiritual debe ser considerado la manifestación directa del Señor Supremo, debido a que transmite el conocimiento trascendental que lleva a la iluminación. En consecuencia, aquel que sostenga el concepto material de que el maestro espiritual es un ser humano corriente, solo encontrará el fracaso. Su iluminación, su estudio de los Vedas y su conocimiento son como el baño de un elefante.

Texto 7.15.27: La Suprema Personalidad de Dios, el Señor Kṛṣṇa, es el amo de todas las demás entidades vivientes y de la naturaleza material. Sus pies de loto son el objeto buscado y adorado por grandes personas santas como Vyāsa. Sin embargo, hay necios que consideran al Señor Kṛṣṇa un ser humano corriente.

Texto 7.15.28: Las ceremonias rituales, los principios regulativos, las austeridades y la práctica del yoga tienen por finalidad el control de los sentidos y la mente; sin embargo, todas esas actividades no habrán sido más que un esfuerzo vano si, tras haber dominado los sentidos y la mente, no nos elevamos al plano de la meditación en el Señor Supremo.

Texto 7.15.29: Del mismo modo que las actividades profesionales y las ganancias de los negocios no nos pueden ayudar a avanzar espiritualmente, sino que son una fuente de enredo material, las ceremonias rituales védicas no pueden ayudar a una persona que no es devota de la Suprema Personalidad de Dios.

Texto 7.15.30: Quien desee conquistar la mente debe abandonar la compañía de su familia y vivir en un lugar solitario, libre de compañías contaminantes. Para mantener cuerpo y alma juntos, debe mendigar únicamente lo imprescindible para cubrir las necesidades mínimas de la vida.

Texto 7.15.31: Mi querido rey, esa persona debe disponer un sitio llano, ni demasiado alto, ni demasiado bajo, en un lugar sagrado de peregrinaje, a fin de practicar yoga. Allí debe sentarse con toda comodidad, manteniendo el cuerpo derecho. Entonces, manteniéndose estable y equilibrada, debe comenzar a cantar el praṇava.

Texto 7.15.32-33: Sin desviar la vista de la punta de la nariz, el yogī erudito practica los ejercicios respiratorios mediante las técnicas denominadas pūraka, kumbhaka y recaka, controlando la inspiración y la espiración, para después detenerlas. De ese modo, el yogī aleja su mente de los apegos materiales y abandona todos los deseos mentales. Tan pronto como la mente, vencida por los deseos de disfrute, se desvíe hacia sentimientos de complacencia sensorial, el yogī debe traerla de vuelta inmediatamente y confinarla en lo más profundo del corazón.

Texto 7.15.34: Cuando el yogī se entrega a estas prácticas con regularidad, en poco tiempo su corazón queda firmemente establecido y libre de perturbación, como un fuego sin llamas ni humo.

Texto 7.15.35: La conciencia, cuando está libre de la contaminación de los deseos de disfrute material, permanece serena y pacífica en todas las actividades, pues la persona se halla en el plano de la vida eterna y bienaventurada. Una vez que ha alcanzado esa posición, ya no regresa a las actividades materiales.

Texto 7.15.36: Quien entra en la orden de sannyāsa abandona los tres principios de las actividades materiales que se consienten en el ámbito de la vida familiar, es decir, la religión, el crecimiento económico y la complacencia de los sentidos. Una persona que entre en la orden de sannyāsa, pero que más tarde vuelva a esas actividades materialistas, merece el calificativo de vāntāśī, es decir, «el que come su propio vómito». En verdad, esa persona no tiene vergüenza alguna.

Texto 7.15.37: Los sannyāsīs que, tras considerar que el cuerpo tiene que morir y transformarse en excremento, gusanos o cenizas, vuelven a darle importancia y a glorificarlo como si fuese su propio ser, deben ser considerados los mayores sinvergüenzas.

Texto 7.15.38-39: Es abominable que una persona que vive en el gṛhastha-āśrama abandone los principios regulativos, que un brahmacārī no siga los votos de brahmacārī mientras vive bajo la tutela de su guru, que un vānaprastha viva en el pueblo y se ocupe en supuestas actividades sociales, y que un sannyāsī sea adicto a la complacencia de los sentidos. Quien actúe de ese modo debe ser considerado el más bajo de los renegados. Ese farsante ha sido confundido por la energía externa de la Suprema Personalidad de Dios; es necesario, o bien rechazarle de la posición en que se encuentra, o bien ser compasivo con él, enseñándole, si fuera posible, a recobrar su posición original.

Texto 7.15.40: El cuerpo de forma humana tiene por objeto la comprensión del yo y del Yo Supremo, la Suprema Personalidad de Dios; ambos se encuentran en una posición trascendental. Si ambos pueden ser comprendidos gracias a la purificación que viene del avance en el conocimiento, ¿qué o quién impulsa a la persona necia y codiciosa a mantener el cuerpo para complacer los sentidos?

Texto 7.15.41: Los trascendentalistas de conocimiento avanzado comparan el cuerpo, que ha sido hecho por orden de la Suprema Personalidad de Dios, a una cuadriga. Los sentidos son como los caballos; la mente, el amo de los sentidos, es como las riendas; los objetos de los sentidos son los lugares de destino; la inteligencia es el auriga; y la conciencia, que se difunde por todo el cuerpo, es la causa del cautiverio en el mundo material.

Texto 7.15.42: Las diez clases de aires que actúan en el cuerpo se comparan a los radios de las ruedas de la cuadriga; las partes superior e inferior de la rueda son la religión y la irreligión. La entidad viviente que se halla bajo la influencia del concepto corporal de la vida es el propietario de la cuadriga. El mantra praṇava de los Vedas es el arco, la entidad viviente pura es la flecha, y el blanco es el Ser Supremo.

Texto 7.15.43-44: En el estado condicionado, a veces nuestros conceptos de la vida están contaminados por la pasión y la ignorancia, que se manifiestan en forma de apego, hostilidad, codicia, lamentación, ilusión, miedo, locura, prestigio falso, insultos, ganas de encontrar defectos, engaño, envidia, intolerancia, pasión, confusión, hambre y sueño. Todos ellos son enemigos. A veces, nuestros conceptos se contaminan también de bondad.

Texto 7.15.45: Mientras tengamos que recibir cuerpos materiales, que, con sus distintas partes y objetos relacionados, no están totalmente bajo nuestro control, debemos acudir a los pies de loto de nuestros superiores, el maestro espiritual y sus antecesores. Por su misericordia, podremos afilar la espada del conocimiento; entonces, con el poder de la misericordia de la Suprema Personalidad de Dios, tenemos que vencer a los enemigos de que te he hablado. De este modo, el devoto debe ser capaz de sumergirse en su propia bienaventuranza trascendental, para después abandonar el cuerpo y recuperar su identidad espiritual.

Texto 7.15.46: De lo contrario, si no nos refugiamos en Acyuta y Baladeva, los sentidos, que actúan como caballos, y la inteligencia, que hace de auriga, unirán sus tendencias hacia la contaminación material, y, sin que nos demos cuenta, llevarán el cuerpo, que es como una cuadriga, a la senda de la complacencia de los sentidos. Y cuando volvemos a ser atraídos por los bandoleros viṣaya —comer, dormir y aparearse—, los caballos y el conductor de la cuadriga son arrojados al pozo oculto de la existencia material, y de nuevo nos vemos en el ciclo de nacimientos y muertes, que es una situación peligrosa y llena de temores.

Texto 7.15.47: Según los Vedas, hay dos tipos de actividades: pravṛtti y nivṛtti. Las actividades pravṛtti consisten en elevarse desde una condición inferior a una condición superior de vida materialista; nivṛtti, sin embargo, es la desaparición de los deseos materiales. Con las actividades pravṛtti sufrimos por causa del enredo material, pero las actividades nivṛtti nos purifican y nos capacitan para disfrutar de una vida eterna y bienaventurada.

Texto 7.15.48-49: Las ceremonias y sacrificios rituales conocidos con los nombres de agni-hotra- yajña, darśa-yajña, pūrṇamāsa-yajña, cāturmāsya-yajña, paśu-yajña y soma-yajña tienen como características comunes la matanza de animales y la quema de productos valiosos, especialmente cereales, todo ello para satisfacer deseos materiales y crear ansiedades. La celebración de esos sacrificios, junto con la adoración de Vaiśvadeva y la ceremonia baliharaṇa, que se consideran el objetivo de la vida, así como la construcción de templos para los semidioses, la edificación de casas y jardines de reposo, la excavación de pozos para administrar agua, el establecimiento de puestos para repartir alimentos, y las actividades para el bienestar público, se caracterizan por el apego a los deseos materiales.

Texto 7.15.50-51: Mi querido rey Yudhiṣṭhira, las oblaciones de ghī y granos alimenticios, como la cebada y el sésamo, que se ofrecen en sacrificio, se convierten en humo celestial, que nos lleva a sistemas planetarios cada vez más elevados, como los reinos de Dhumā, Rātri, Kṛṣṇapakṣa, Dakṣiṇam y, finalmente, a la Luna. Después, sin embargo, esas personas que celebran sacrificios descienden de nuevo a la Tierra, donde nacen en forma de hierbas, plantas, verduras y cereales, que son comidos por distintas entidades vivientes y transformados en semen. Ese semen es inyectado en cuerpos femeninos, y de ese modo la entidad viviente nace una y otra vez.

Texto 7.15.52: El brāhmaṇa nacido por segunda vez [dvija] viene a la vida por la gracia de sus padres mediante el proceso de purificación denominado garbhādhāna. Luego sigue sometiéndose a otros procesos purificatorios hasta el final de su vida, momento en que se celebra la ceremonia funeraria [antyeṣṭi-kriyā]. Así, con el paso del tiempo, el brāhmaṇa cualificado pierde el interés por las actividades y sacrificios materialistas; sin embargo, ofrece con pleno conocimiento el sacrificio de los sentidos en los sentidos para la acción, iluminados por el fuego del conocimiento.

Texto 7.15.53: La mente siempre está agitada por las olas de la aceptación y el rechazo. Por lo tanto, todas las actividades de los sentidos deben ser ofrecidas en la mente, que se debe ofrecer en las propias palabras. Después, hay que ofrecer las palabras en el agregado de todos los alfabetos, que debe ofrecerse en la concisa forma de oṁkāra. Oṁkāra debe ofrecerse en el punto bindu, bindu en la vibración sonora, y esa vibración en el aire vital. A continuación, la entidad viviente, que es lo único que queda, debe situarse en el Brahman, el Supremo. Ese es el proceso del sacrificio.

Texto 7.15.54: En su progreso por la senda ascendente, la entidad viviente entra en los mundos del fuego, del Sol, del día, del final del día, de la quincena de Luna creciente, de la Luna llena, y del paso del Sol por el norte, con sus respectivos semidioses regentes. Cuando entra en Brahmaloka, disfruta de la vida durante muchos millones de años, hasta que, por último, llega el final de su identificación material. A continuación entra en el plano de la identificación sutil, del cual pasa a la identificación causal, donde es testigo de todos los estados anteriores. Tras la aniquilación de ese estado causal, alcanza su estado puro, en el cual se identifica con la Superalma. De ese modo, la entidad viviente se vuelve trascendental.

Texto 7.15.55: Este proceso gradual de elevación hacia la autorrealización va dirigido a las personas verdaderamente conscientes de la Verdad Absoluta. Tras nacer repetidas veces en esta senda, que recibe el nombre de deva-yāna, se alcanzan esas etapas sucesivas. El que está libre por completo de todo deseo material, al estar situado en el ser, no tiene necesidad de recorrer la senda de los sucesivos nacimientos y muertes.

Texto 7.15.56: El que es perfectamente consciente de las sendas denominadas pitṛ-yāna y devayāna, y que, por ello, tiene los ojos abiertos en función del conocimiento védico, nunca se confunde en el mundo material, aunque esté situado en un cuerpo material.

Texto 7.15.57: Aquel que existe interna y externamente, al principio y al final de todo y de todos los seres vivos, y que es, al mismo tiempo, lo que es disfrutable y el disfrutador de todo, lo superior y lo inferior, es la Verdad Suprema. Él existe siempre como conocimiento y objeto del conocimiento, como expresión y como objeto de la comprensión, como oscuridad y como luz. De ese modo, Él, el Señor Supremo, lo es todo.

Texto 7.15.58: Se podría pensar que el reflejo del Sol en un espejo es falso, pero su existencia es real. Teniendo esto en cuenta, sería sumamente difícil demostrar, mediante el conocimiento especulativo, que la realidad no existe.

Texto 7.15.59: En este mundo hay cinco elementos —tierra, agua, fuego, aire y éter—, pero el cuerpo no es ni un reflejo, ni una combinación o transformación de esos elementos. Como el cuerpo y sus integrantes no están ni separados ni amalgamados, todas esas teorías carecen de fundamento.

Texto 7.15.60: El cuerpo, al estar formado por los cinco elementos, no puede existir sin los objetos sutiles de los sentidos. Por lo tanto, como el cuerpo es falso, los objetos de los sentidos también son falsos o temporales por naturaleza.

Texto 7.15.61: Cuando una sustancia está separada de sus partes, el aceptar la semejanza entre ambas se denomina ilusión. Cuando soñamos, creamos una separación entre las existencias denominadas vigilia y sueño. Los principios regulativos de las Escrituras, compuestos de mandamientos y prohibiciones, se recomiendan para cuando nos encontramos en ese estado de mente.

Texto 7.15.62: Tras considerar la unidad de la existencia, la actividad y los útiles, y tras percibir que el ser es diferente de todas las acciones y reacciones, el especulador mental [muni], conforme a su propia comprensión, abandona los tres estados de vigilia, ensoñación y sueño.

Texto 7.15.63: Cuando se comprende que el resultado y la causa son una sola cosa, y que la dualidad es en última instancia irreal, como la idea de que los hilos de un tejido son distintos del tejido en sí, se llega al concepto de unidad denominado bhāvādvaita.

Texto 7.15.64: Mi querido Yudhiṣṭhira [Pārtha], cuando todas las actividades que llevamos a cabo con la mente, las palabras y el cuerpo, se dedican directamente al servicio de la Suprema Personalidad de Dios, alcanzamos el estado de unidad de las actividades, denominado kriyādvaita.

Texto 7.15.65: Cuando una persona coincide en su objetivo e interés supremo con su propia esposa, sus hijos, sus familiares y todos los demás seres vivos corporificados, ese estado se denomina dravyādvaita, o unidad de intereses.

Texto 7.15.66: En condiciones normales, en ausencia de peligro, ¡oh, rey Yudhiṣṭhira!, el hombre debe realizar sus actividades prescritas conforme a su posición en la vida; debe realizarlas valiéndose de los útiles, esfuerzos, procedimientos y residencia que no le estén prohibidos, y no debe recurrir a ningún otro medio.

Texto 7.15.67: ¡Oh, rey!, los deberes prescritos deben llevarse a cabo conforme a estas y otras instrucciones que se dan en las Escrituras védicas, a fin de permanecer como devotos del Señor Kṛṣṇa. De ese modo, podremos alcanzar nuestro destino incluso si permanecemos en el hogar.

Texto 7.15.68: ¡Oh, rey Yudhiṣṭhira!, debido al servicio que han ofrecido al Señor Supremo, ustedes, los Pāṇḍavas, han superado los enormes peligros que les presentaron infinidad de reyes y semidioses. Por servir a los pies de loto de Kṛṣṇa, han vencido a grandes enemigos, que eran como elefantes, y de ese modo pudieron reunir todo lo necesario para el sacrificio. Que, por Su Gracia, se liberen del enredo material.

Texto 7.15.69: Hace muchísimo tiempo, en otro mahā-kalpa [milenio de Brahmā], yo era el gandharva Upabarhaṇa. Era muy respetado por todos los demás gandharvas.

Texto 7.15.70: Tenía un hermoso rostro, y la estructura de mi cuerpo era agradable y atractiva. Adornado con collares de flores y pasta de madera de sándalo, yo era muy del agrado de las mujeres de mi ciudad. Así vivía confundido, siempre lleno de deseos de disfrute.

Texto 7.15.71: En cierta ocasión, se celebró un festival de saṅkīrtana para glorificar al Señor Supremo en una asamblea de semidioses; gandharvas y apsarās recibimos de los prajāpatis la invitación para participar en él.

Texto 7.15.72: Nārada Muni continuó: Habiendo sido invitado, yo también me uní al festival, y, rodeado de mujeres, comencé a cantar melodiosamente las glorias de los semidioses. Debido a ello, los prajāpatis, los grandes semidioses encargados de los asuntos del universo, me impusieron la siguiente maldición: «Por haber cometido una ofensa, vuélvete inmediatamente un śūdra sin el menor rastro de belleza».

Texto 7.15.73: Nací como śūdra en el vientre de una sirvienta, pero me ocupé en el servicio de vaiṣṇavas bien versados en el conocimiento védico. Gracias a ello, en esta vida recibí la oportunidad de nacer como hijo del Señor Brahmā.

Texto 7.15.74: El proceso de cantar el santo nombre del Señor es tan poderoso que, con ese canto, incluso los casados [gṛhasthas] pueden alcanzar sin dificultad el resultado supremo que obtienen los miembros de la orden de renuncia. Mahārāja Yudhiṣṭhira, con esto te he explicado el proceso de la religión.

Texto 7.15.75: Mi querido Mahārāja Yudhiṣṭhira, ustedes, los Pāṇḍavas, son tan afortunados en este mundo que muchísimos grandes santos, capaces de purificar todos los planetas del universo, vienen a su casa como visitantes comunes. Además de esto, la Suprema Personalidad de Dios, Kṛṣṇa, vive en intimidad con ustedes en su casa, como un hermano más.

Texto 7.15.76: ¡Qué maravilloso es que la Suprema Personalidad de Dios, el Parabrahman, Kṛṣṇa, a quien los más grandes de los sabios están buscando a fin de obtener la liberación y la bienaventuranza trascendental, actúe como su mejor bienqueriente, y que sea su amigo, su primo, su misma vida y alma, su guía adorable y su maestro espiritual!

Texto 7.15.77: Ahora, aquí, ante nosotros, está esa misma Suprema Personalidad de Dios, cuya verdadera forma no pueden comprender ni siquiera grandes personalidades como el Señor Brahmā y el Señor Śiva, y a quien comprenden los devotos gracias a su entrega inquebrantable. Que esa misma Personalidad de Dios, que es el sustentador de Sus devotos, y a quien se adora mediante el silencio, el servicio devocional y el fin de las actividades materiales, Se complazca con nosotros.

Texto 7.15.78: Śrī Śukadeva Gosvāmī dijo: De este modo, Mahārāja Yudhiṣṭhira, el mejor de los miembros de la dinastía Bharata, escuchó todas las explicaciones de Nārada Muni. Tras oír esas instrucciones, sintió un gran placer dentro del corazón, y, lleno de éxtasis, amor y afecto, adoró al Señor Kṛṣṇa.

Texto 7.15.79: Nārada Muni, después de recibir la adoración de Kṛṣṇa y de Mahārāja Yudhiṣṭhira, se despidió de ellos y se marchó. Yudhiṣṭhira Mahārāja, tras escuchar que Kṛṣṇa, su primo, era la Suprema Personalidad de Dios, estaba completamente atónito.

Texto 7.15.80: Toda la diversidad de entidades vivientes, móviles e inmóviles, que pueblan todos los planetas del universo, y entre ellas los semidioses, los demonios y los seres humanos, fueron generadas a partir de las hijas de Mahārāja Dakṣa. Te he hablado de ellas y de sus respectivas dinastías.